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domingo, 3 de abril de 2011

Lomejoor!(:



Ella. La típica chica tímida que a todo se ponía roja. La de la risa contagiosa. Esa que se llevaba bien con todo el mundo, que no callaba y que se ponía a llorar por cualquier cosa (ni ella sabía por qué lloraba).
Le chiflaba pintarse las uñas y las gafas de sol, y podías convencerla de cualquier cosa a cambio de una tarde de compras. Le encantaba colgarse de las puertas.
Era la chica de las cremas y los cacaos por excelencia, obsesionada por recuperar su cinturón (que ahora debe estar por Pamplona, supongo) y por hacer deporte.
Ella, la típica chica capaz de hablar por teléfono dos horas seguidas y luego decir: "Uy, qué tarde se ha hecho.", pensando que en realidad habían pasado cinco minutos.
Se ponía mil peinados y maquillajes en su casa, pero luego nunca se atrevía a salir con ellos a la calle.
Se pintaba las suelas de las zapatillas y cuando se aburria se dibujaba estrellas en las manos.
Era mi mamá casi siempre, mi hija a veces, no sé. Pero lo que sí sé es que la quiero como a una hermana y que como algún día me falte, me muero.

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